Unión suma de a un punto, desde que el Kily González lo dirige, sumó ocho empates en 11 partidos. La mitad del vaso lleno dirá que conserva un invicto de 10 partidos y que perdió apenas uno desde la llegada del DT. Y el vaso medio vacío dirá que apenas ganó dos partidos y ambos ante formaciones alternativas de Defensa y Justicia y Estudiantes de La Plata.
A Unión lo termina condenando la falta de variantes y el mercado de pases

Télam
Unión tiene un plantel limitado en cuanto a variantes y eso se ve reflejado en los últimos partidos.
Al Tate le sobra actitud e intensidad, incluso dio muestras de carácter en las primeras cuatro fechas en las que arrancó perdiendo y terminó empatando o ganando. Pero más allá de las ganas y el empuje con el que juega, la realidad indisimulable es que a Unión le falta jerarquía y variantes de mitad de cancha hacia adelante.
El mercado de pases de Unión no fue nada bueno. Se buscaron futbolistas para completar el plantel, pero ninguno que viniera a marcar la diferencia. Se fueron jugadores indiscutidos (Imanol Machuca y Yeison Gordillo) y los que llegaron son todas apuestas, quizás con la excepción de Nicolás Orsini, de mayor trayectoria, pero de presente muy pobre.
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Y esa subestimación que hizo la dirigencia del mercado de pases, se está observando en estos encuentros. A Unión le cuesta muchísimo generar en ataque, el equipo no tiene variantes y se repite demasiado a la hora de buscar el arco de enfrente. Apuesta casi en exclusiva por lo que pueda intentar Kevin Zenón y alguna aparición de Mauro Luna Diale.
Los delanteros no son abastecidos, ya que carece de juego en la zona media. Y encima se lesionó Enzo Roldán, quien es el mediocampista con mayor dinámica. El Kily González se ve obligado a realizar las mismas modificaciones partido a partido, ya que tiene muy poco en el banco.
Son muchos los jugadores jóvenes que deben hacerse cargo en este momento caliente, como lo es jugar para mantener la categoría y habrá que decir que más no se les puede pedir. Unión hace lo que puede y no lo que quisiera, porque la ambición de su entrenador es marcada, pero choca con las limitaciones propias.
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En consecuencia, por más buenas intenciones que tenga, a la hora de resolver en los metros finales, se observa la falta de recursos. Es todo demasiado forzado lo que genera el Tate en ataque y si bien el cuerpo técnico puede trabajar en circuitos de juego, en la búsqueda de alternativas, el que termina definiendo es el futbolista.
Y allí habrá que decir que por ejemplo los dos puntas titulares de Unión tienen 17 y 20 años (Jerónimo Domina y Gonzalo Morales) y que en el banco está Orsini quien en los últimos dos años jugó muy poco. El equipo no cuenta con un enganche o volante creativo que se haga cargo de la conducción.
Por lo cual, el que tiene que tomar el balón y hacer jugar es Kevin Zenón que arranca desde muy atrás. Y a veces, cuando puede desprenderse Mauro Luna Diale, pero está claro que es muy poco para lograr profundidad. Por todo ello, es que a esta altura, que Unión siga invicto es todo una proeza.
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Hasta el momento, Unión dio más de lo que podía. A los jugadores no se les puede reprochar nada, en cuanto a la actitud y la determinación con la que salen a jugar los partidos. La palabra displicencia no figura en el diccionario de este plantel, pero solo con esos atributos no se ganan los partidos.
Falta algo más que se llama jerarquía y que Unión no tiene. Entonces, este equipo termina chocando con la realidad que le demostraron los últimos partidos. Jugó mal ante Newell's y regular contra Godoy Cruz y en ambos encuentros casi que no generó situaciones para convertir, más allá del gol de Zenón, que incluso contó con el desvío del balón en un rival.
Cada partido que afronte Unión será como se dice habitualmente un parto. Y es que al Tate no le sobra absolutamente nada, si hablamos de juego, sí le sobra en otros aspectos, que son precisamente los que lo mantienen vivo. Si este equipo no tuviera el corazón que tiene otra sería la historia. Y si el presidente Luis Spahn hubiese encarado el mercado de pases de otra forma, no caben dudas que la realidad sería muy distinta.