La crisis deportiva de Unión se agudizó con la goleada sufrida ante Argentinos 5-1 en La Paternal. No para de tocar fondo y se nota como el equipo, en el mínimo golpe, prácticamente se derrumba. En esto queda refrendado es frase que dice que "el fútbol es un estado de ánimo", a lo que habría que agregar el bajo nivel individual y nombres que no están a la altura. Pero en lo objetivo, los números explican por qué hoy el Tate está último.
Unión no marca y, a contrapartida, lo golean con facilidad

Por un lado, llegó ante el Bicho a las cuatro derrotas en fila –y a cinco sin ganar–, con un rendimiento muy pobre. Sobre todo en el primer tiempo, donde fue desbordado. Otra vez, evidenció sus falencias para atacar y marcar. Pero lo más alarmante es la poca solidez: en ese lapso le marcaron 12 goles. De esos, ocho fueron en los últimos dos juegos.
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Cifras lapidarias que atentan con intentar una levantada en un campeonato donde los candidatos están marcados y los que pelearán por no caer en el descenso están por otro. Si bien todavía hay un trecho importante por delante, enderezar el rumbo a esta altura pasó a la necesidad de urgencia.
Esto sin contar que los delanteros siguen con la pólvora mojada y no ayudan. Apenas el tanto de Rayo González este martes en el Diego Armando Maradona como parte de las estadísticas. A esta altura, se utilizaron casi todas las alternativas para tratar de quebrar la red adversaria. Lo mismo con la defensa, que muestra fisuras en todos lados. Todo va en consonancia con un rendimiento general.
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Sebastián Méndez tendrá una complicada misión por delante. Más que nada, teniendo que apuntar en lo anímico, con reservas por el piso, pero también en lo futbolístico. Ganar traerá calma, pero quedó claro que no será suficiente para pensar en otra cosa. Es ver el efecto que surte el trabajo para encontrar las respuestas necesarias a futuro.