Colón creyó en que podía y cumplió el sueño que tanto buscaba: ser campeón por primera vez en su historia. Lo hizo en la fina de la Copa de la Liga Profesional en San Juan, donde demostró ser el equipo más regular. Nada casual sino producto de un trabajo que se sustentó en la idea de Eduardo Domínguez, que apostó por la solidez y practicidad. En este sentido, los números son elocuentes.
Colón, el equipo más letal y menos vulnerado del torneo
Tuvo un arranque demoledor en la zona A, con cinco victorias en fila, que le permitió hacer un importante colchón de puntos. Después, fue alternando buenas y malas, incluso cayendo en una meseta que lo inquietó, pero le alcanzó para quedarse con el primer lugar.
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En los cuartos de final se mantuvo la tónica de falta de luces y clasificó gracias a los penales, pero en las instancias definitorias desplegó lo mejor de su repertorio: 2-0 inapelable ante Independiente y el 3-0 arrollador ante Racing en la final. Una forma de terminar de levantar unos cimientos que se construyeron varios capítulos antes. Arrancó con todo; se quedó sin tanto en el medio y puso paredes para darle forma final a la conquista.
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Una obra que se resuelve a toda orquesta haciendo merecimientos. Un Colón que supo proteger e impulsar Eduardo Domínguez y por eso, la gente lo recordará por siempre este título en la Copa de la Liga Profesional.