Iván Delfino dejó de ser el técnico de Colón. El anuncio fue comunicado a través de las redes sociales de la institución, minutos después de que el entrenador finalizara de hablar en conferencia de prensa.
La dirigencia de Colón buscó evitar quemarse tirando a Delfino a la hoguera
Iván Delfino fue despedido como DT de Colón, a través de un tweet que emitió la dirigencia, mientras el entrenador hablaba en conferencia de prensa
En ese momento, cuando a Delfino lo consultaron por la continuidad, manifestó que tenía pendiente una charla con la dirigencia, que seguramente sucedería minutos después.
La dirigencia de Colón sumó un nuevo despropósito
Pero nada de eso ocurrió, porque la decisión estaba tomada. Colón echó a Delfino a través de un tweet, una desprolijidad absoluta que además encierra una mentira flagrante.
Por que se menciona las palabras "de común acuerdo", cuando eso no es cierto. Dado que Delfino no estaba al tanto de que lo habían despedido. Más allá de que la decisión se puede entender, la forma en que se llevó a cabo, fue realmente desagradable.
Y encima cuando la prensa quiso hablar con el presidente sabalero, Víctor Godano se excusó diciendo que no podía. En un momento como el que vive Colón, el primero que debe salir a explicar la situación es Godano, un abonado al silencio.
Una comisión directiva que no habla, salvo para comunicar las acciones sociales e institucionales que llevan adelante, que es una parte de la gestión, pero se sabe que Colón es un club de fútbol y que las urgencias deben ser atendidas.
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Es verdad que heredaron un club con enormes problemas económicos, con el equipo en la Primera Nacional y sin dinero para cobrar, pero la realidad es que se presentaron a elecciones conociendo la situación.
Por ello, si bien existen atenuantes, no hay lugar para las excusas. La pésima gestión de José Vignatti, parece tener continuidad con Godano en la presidencia. Los hinchas y socios necesitan explicaciones, que nunca llegaron y las decisiones que vienen tomando los dirigentes son equivocadas.
En el mercado de pases demoraron la llegada de los refuerzos y si bien se sumaron dos, no alcanzaron a satisfacer los pedidos del entrenador. Se sumaron tarde y eso también conspiró para un mejor rendimiento del equipo.
Quizás especularon por demás y dejaron correr el tiempo, cuando la decisión de despedir a Delfino pudo llegar antes, habida cuenta de la involución futbolística del equipo.
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Es verdad, que dos fechas atrás Colón estaba puntero, pero el equipo no jugaba bien y este desenlace parecía cantado. No se hizo otra cosa que estirar la agonía.
Y la decisión se tomó para que el fuego desatado con la derrota, no los terminara calcinando a los dirigentes. Lo entregaron a Delfino para intentar apagar el voraz incendio que comenzaba a consumir a todos.
Se buscó ganar tiempo y descomprimir un ambiente muy hostil. Pero ahora Godano y compañía no tiene margen de error. Con Delfino afuera, ahora la lupa está puesta en ellos. Como así también en los jugadores.
Lo que venga de ahora en más ya no será responsabilidad de Delfino. La dirigencia, tendrá que capear el temporal y administrar de la mejor manera una crisis profunda, que se puede llevar puesto a todo, incluido a los dirigentes.
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La suerte deportiva de Colón en las próximas 12 fechas, estará atada a la de esta comisión directiva. En fútbol todo puede variar de un día para el otro y por allí el arribo de un nuevo entrenador, pueda impactar de manera positiva.
No obstante, lo hecho por la dirigencia en estos últimos tiempos, indica que no estuvieron a la altura de las circunstancias. La inacción fue moneda corriente y las consecuencias están a la vista.
Se movieron en modo tortuga, no entendiendo lo que significa administrar un club como Colón. No alcanza solo con buenas intenciones, se requiere de gestión, perseverancia, dedicación y astucia.
Colón tiene la obligación de volver a Primera División, cualquier otro resultado será un rotundo fracaso. Este presente no es solo culpa de la dirigencia, ya que los que juegan son los futbolistas, quienes viene defeccionando, fecha tras fecha.
Pero esta comisión directiva tiene que arremangarse y dedicarle todo el tiempo que sea necesario a la gestión. Con lo que viene haciendo, claramente no alcanza.