La llegada de Sebastián Méndez a la dirección técnica de Unión pareció ser un inflador anímico, que se plasmó, al menos frenando la catarata de derrotas el pasado domingo frente a un Tigre alternativo. Además, no recibió goles.
La racha de Unión en la ruta sumó otro eslabón en Sarandí
Pero después de ver al equipo en Sarandí, nuevamente quedan sobrevolando los fantasmas en un plantel que no levanta cabeza, que no encuentra una idea futbolística y mucho menos resultados positivos.
El certamen para los rojiblancos casi llegó a la mitad (13 partidos), donde apenas cosechó un triunfo (Estudiantes), cinco empates y siete derrotas. Junto a Gimnasia (20) tiene la valla más batida del campeonato.
Esos 8 puntos actuales lo dejan en zona de descenso a la Primera Nacional, si tenemos en cuenta que pierden la categoría los dos peores promedios y el que menos puntos acumule en 41 partidos (27 de Liga Profesional y 14 de Copa de la Liga).
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Todo esto se potencia si cada vez que los santafesinos salen del 15 de Abril, cosechan más reveses y algún esporádico empate. Ya la seguidilla llega a 17 cotejos, con 8 empates y 9 caídas.
En esta Liga Profesional, Unión empató 0-0 ante Banfield, 1-1 contra Barracas Central, perdió 1-0 frente a San Lorenzo, repartió puntos al igualar 1-1 frente a Rosario Central, cayendo en las últimas tres presentaciones: 1-0 con River, 5-1 ante Argentinos Juniors y el reciente 2-1 en contra en el Julio Grondona.
Este tobogán que arrancó con Gustavo Munúa, tuvo un par de encuentros a Marcelo Mosset y ahora a Sebastián Méndez, es parte de una campaña que se viene desmoronando para dejar, lamentablemente, al equipo tatengue, en una incómoda situación numérica.