Cuando Néstor Gorosito asumió como técnico de Colón, el equipo había sumado apenas un punto en cuatro partidos y estaba último en la tabla de posiciones. Cinco fechas después y con Pipo en el banco, el Rojinegro continúa en el fondo de la tabla y es el único equipo que no ganó en el torneo.
¿Cuánto mejoró realmente Colón con Gorosito en el banco?
El vaso medio lleno dirá que Gorosito está invicto y eso nadie puede ponerlo en duda. Pero las matemáticas no cierran, sumó 5 puntos sobre 15, con una efectividad del 33,3%. Empatar está más cerca de perder que de ganar, por lo cual, esta seguidilla de cinco igualdades sirve de muy poco.
Es cierto que el equipo mejoró en relación a las primeras fechas, pero la vara estaba demasiado baja y en consecuencia con muy poco, Colón tenía que jugar mejor. Estaba en el subsuelo y con un poquito, se notaría el efecto rebote. Pero sería engañarse, si el plantel y el cuerpo técnico se conforman con lo hecho en los últimos partidos.
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Colón ante Newell's, Independiente y Atlético Tucumán terminó haciendo figura al arquero rival. Eso tiene dos lecturas, la primera habla de la virtud de generar opciones de gol y la segunda de los defectos a la hora de convertir. El fútbol se nutre de la eficacia y el resultado moral no cuenta.
En consecuencia, habría que preguntarse ¿cuánto en verdad mejoró Colón con Gorosito?. Y la respuesta encierra varias conclusiones. Se podrá decir que en el juego superó a tres de los cinco rivales que enfrentó. Pero también hay que analizar quienes fueron los equipos con los que jugó.
Y eso no puede soslayarse, dado que cuando asumió a Gorosito se le presentó un fixture favorable para sumar. De hecho, debutó ante una formación suplente de Huracán. Luego visitó a Gimnasia de La Plata, que se desmanteló por completo y pese a ganar el Clásico está en los últimos lugares de la tabla.
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Posteriormente fue local ante Newell's, el equipo dirigido por Gabriel Heinze, no ganó como visitante y sumó dos puntos sobre 15. Baja notablemente su rendimiento cuando juega fuera de Rosario, pero Colón tampoco logró aprovechar. Después, empató en tiempo de descuento ante el peor Independiente, de la historia.
Y no pudo ganarle a Atlético Tucumán que como visitante sumó ocho partidos sin ganar y que antes de jugar con Colón estaba penúltimo. Es decir que pese a los merecimientos, no logró superar en el marcador a equipos que atraviesan un delicado presente.
El cuerpo técnico lleva 40 días trabajando en Colón y si bien el plantel está mejor en el aspecto físico, en lo futbolístico, la evolución no fue tan marcada. Aún no se advierte un equipo trabajado, sí con voluntad y ganas, pero con escasos movimientos mecanizados. Hasta aquí, no asoma una identidad de juego.
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Es verdad que al plantel le falta jerarquía, pero como sucede con la mayoría de los equipos. Salvo River, Boca y Racing, los demás tienen carencias y dentro de ellos está Colón. Pero tampoco tiene el peor plantel del fútbol argentino, como para estar en la última posición de la tabla y sumando 12 partidos sin ganar.
La ausencia de jugadores importantes, debe compensarse con trabajo. Es la única manera, de potenciar a un equipo que tiene muchos déficits y es allí en donde Pipo tendrá que encontrar respuestas. Por ejemplo, no se advierte ninguna jugada preparada en pelota quieta, más allá del gol de cabeza de Joaquín Ibañez que fue un córner directo.
Seguramente de haber convertido los penales que falló, Colón tendría que tener más puntos de los que tiene, no obstante no hay que quedarse con eso, sino tener autocrítica y mejorar. Es cierto que el menos responsable del presente es Gorosito porque llegó hace poco, pero ya le caben las generales de la ley, para a evaluar su trabajo.
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La sensación es que por ahora, Pipo tiene el respaldo de los hinchas, quizás más amparado en la trayectoria y en sus antecedentes que en lo que está ofreciendo como DT de Colón. Se generó una ilusión muy grande con Gorosito y el crédito está abierto, pero no caben dudas de que su equipo debe dar más.
Con lo que hizo hasta ahora no alcanza y las estadísticas están a la vista. Es trabajo del DT mejorar a sus futbolistas, aún cuando la realidad indique que no sobra material. Pero hay muchos técnicos que con poco hicieron mucho, que le sacaron agua a las piedras. Y eso es lo que debe lograr Pipo para sacar a Colón del último puesto, lugar deshonroso para un club que hace menos de dos años estaba en lo más alto del fútbol argentino.