Unión parece haber encontrado en Santiago Zurbriggen mucho más que un nombre propio para ocupar un cargo formal. La decisión de avanzar en su designación como nuevo director deportivo reúne una serie de argumentos que explican por qué, puertas adentro, la elección es vista como una apuesta sólida, coherente y profundamente alineada con la identidad del club.
Zurbriggen, la elección que potencia el proyecto de Unión
En Unión todos los caminos conducen a Santiago Zurbriggen para el puesto de director deportivo. Una decisión lógica y acertada en función del cargo.
Por Ovación
Zurbriggen no es un externo que llega a aprender el “mundo Unión”. Es, justamente, todo lo contrario. Hijo dilecto de la institución, surgido de las divisiones inferiores, debutó como profesional con la camiseta rojiblanca y construyó una relación de pertenencia que siempre se manifestó dentro y fuera de la cancha. Su recorrido actual en el fútbol italiano, transitando los últimos pasos de su carrera deportiva, no hizo más que reforzar un perfil profesional que hoy se proyecta hacia otra función.
Identidad, pertenencia y conocimiento interno
Uno de los grandes valores de la posible llegada de Zurbriggen es el conocimiento profundo de la estructura del club. No solo entiende la idiosincrasia rojiblanca, sino que buena parte de su carrera en Unión la desarrolló bajo esta misma dirigencia, encabezada por Luis Spahn. Ese recorrido compartido genera un conocimiento mutuo del pensamiento, de las formas de trabajo y de los objetivos institucionales, un punto clave para evitar fricciones y acelerar procesos.
A esa ecuación se suma otro factor determinante: su vínculo con Leonardo Madelón. Zurbriggen vivió con el actual entrenador algunos de los mejores momentos de su carrera como futbolista, en una etapa donde el equipo alcanzó identidad, regularidad y resultados. La afinidad entre ambos promete convertirse en un puente natural entre el cuerpo técnico y la dirigencia.
Formación y proyección
Lejos de tratarse de una improvisación, desde el entorno del club se destaca que Zurbriggen viene preparándose desde hace tiempo para desempeñar una función ligada a la gestión deportiva. El anhelo de volver a Unión con un rol de este tipo no es nuevo, sino el resultado de una planificación personal que combina experiencia como jugador, formación y observación del fútbol desde una mirada integral.
En ese escenario, su perfil terminó imponiéndose por sobre otros nombres que se mencionaron en el último tiempo, como Manuel De Iriondo o Jonathan Bottinelli, exjugadores con historia en el club pero con recorridos distintos.
Un paso firme hacia el futuro
Si bien la AFA y la Liga Profesional exigirán a partir de 2026 que los clubes cuenten con la figura del director deportivo, en Unión entienden que esta decisión va mucho más allá de una obligación reglamentaria. Se trata de dar un paso firme y convencido en la construcción de un proyecto deportivo a mediano y largo plazo.
Zurbriggen aparece como un nexo natural que podría descomprimir la relación diaria entre dirigentes y cuerpo técnico, especialmente entre Spahn y Madelón, aportando una voz autorizada, cercana a ambas partes y con legitimidad propia.
Profesionalismo y calidad humana
Más allá de lo estrictamente funcional, otro aspecto que pesa —y mucho— es el perfil humano. Dentro y fuera del club se habla de Zurbriggen como una persona formada, profesional y de trato respetuoso. Su relación con la prensa, con los hinchas y con la vida interna del club siempre fue valorada, construyendo una imagen positiva que aún perdura.
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Por todo esto, Unión no solo estaría eligiendo a un director deportivo. Estaría apostando por alguien que siente el club, lo conoce desde adentro y entiende hacia dónde quiere ir. Una decisión que, en tiempos de proyectos frágiles, busca apoyarse en la identidad como punto de partida.














