Los números y el rendimiento lo avalan y la sentencia es unánime: Colón fue un justo campeón y el mejor equipo de la Copa de la Liga. A lo largo de las 13 fechas de la fase inicial, siempre fue el único puntero de la Zona A y por momentos llegó a sacarle ocho puntos a sus escoltas.
Colón: un campeón con todas las letras de principio a fin
Tuvo un arranque de torneo apabullante, ganó los cinco primeros partidos y en ese momento el Sabalero sumaba 15 puntos, con 10 goles a favor y apenas uno en contra. El mundo del fútbol hablaba del Colón dirigido por Eduardo Domínguez y todos eran elogios.
El equipo tenía como abanderado al Pulga Rodríguez quien se lucía con goles y asistencias lujosas, pero se advertía un trabajo colectivo que estaba por encima de las individualidades. El elenco rojinegro no mostraba fallas y su andar era perfecto en cuanto a los resultados.
LEER MÁS: Misterio en Colón: ¿habrá tercera temporada de Luis Miguel?
En la 1ª fecha goleó a Central Córdoba 3-0, luego llegaría la victoria como local ante San Lorenzo por 2-0, el triunfo frente a Banfield por 3-0, en la 4ª jornada venció a Aldosivi 2-1 y el triunfo en La Plata ante Estudiantes por 2-0. Nadie podía con Colón que trituraba a sus rivales, imponiendo condiciones, tanto en lo físico como en lo futbolístico.
El equipo presionaba y mucho, evidenciaba un despliegue físico mayúsculo y terminaba sometiendo a sus rivales en los segundos tiempos. Sacaba la ventaja en el inicio y en el complemento se dedicaba a terminar con la faena. No dejaba dudas y era a todas luces el mejor equipo del torneo.
Luego de ese inicio arrollador, en la 6ª fecha llegó el empate como local ante Rosario Central 0-0. Ese día, el equipo no jugó bien, pero además se encontró con un adversario que directamente tuvo como objetivo neutralizarlo. Colón se había ganado el respeto y los demás equipos ya lo observaban de otra manera y le jugaban distinto.
Se recuperó en la 7ª fecha contra Platense, pese a que por primera vez en el torneo arrancó perdiendo. Pero en una ráfaga dio vuelta el resultado y por el peso de sus individualidades terminó ganando 3-1. Y en la 8ª fecha con Argentinos se presentó un partido similar al de Central. También fue empate 0-0 y su rival le propuso otro partido cerrado.
El equipo continuaba invicto, pero sus rivales lo tenían más estudiado. Ya no sorprendía tanto como al comienzo, pese a que no era superado y a que tampoco le convertían. En ocho partidos, apenas le habían marcado dos goles. Por lo cual, seguía siendo muy sólido, pero sin tanta sorpresa en ataque.
El invicto se cortó en la 9ª fecha cuando cayó en el Monumental frente a River por 3-2, aunque con atenuantes, ya que en ese partido no estuvo el Pulga Rodríguez (coronavirus), ni tampoco Federico Lértora, Gonzalo Piovi y Wilson Morelo, todos lesionados. Aún así hizo un partido aceptable y en el final casi lo empata.
LEER MÁS: Garcés: "Estamos en la gloria de Colón, lo disfruto como hincha"
Por la 10ª fecha Colón empató como local ante Godoy Cruz 2-2 y comenzaron a encenderse algunas alarmas. Al equipo en dos partidos le habían convertido cuatro goles y ya no mostraba la solidez de siempre. Y eso se agravó en la fecha siguiente cuando cayó como visitante frente a Racing por 2-1.
Así las cosas, de los últimos 12 puntos, el Sabalero había conseguido tan solo dos, pero además le habían marcado siete goles en los últimos tres encuentros. Siendo que en las primeras ocho fechas apenas había recibido dos. Eso generaba cierta preocupación puertas adentro, dado que se acercaba la definición del torneo.
Volvió al triunfo en la 12ª fecha sin despeinarse venciendo como local a Arsenal por 2-0. Y en la 13ª fecha empató como local ante Unión 1-1. No jugó bien, pero cumplió con el objetivo de dejar fuera de la competencia a su clásico rival y además finalizó como único líder en la Zona A.
Ya por los cuartos de final, jugó ante Talleres su peor partido en el torneo, sobre todo en el primer tiempo en donde Leonardo Burián fue una figura descollante. Y luego en la definición desde los 12 pasos, una vez más el arquero uruguayo se convirtió en héroe, para meter a Colón en la semifinal.
La opaca actuación ante la T abría un signo de interrogación de cara a las semifinales. La realidad marcaba que de los últimos nueve partidos, Colón apenas había ganado dos (Platense y Arsenal). En consecuencia, debía mejorar y mucho pensando en el compromiso ante Independiente.
Y precisamente, en la instancia decisiva y cuando la mochila de la presión estaba muy cargada, se observó lo mejor de Colón, recuperando la memoria. Volvió a ser el equipo del comienzo del torneo. Impuso condiciones, desplegó un juego sólido, fue eficaz, práctico y nuevamente mostró esa presión que era su marca registrada.
LEER MÁS: Colón y el desafío de retener al mejor arquero de su historia
Superó al Rojo por 2-0 y lo hizo casi sin sufrir, manejó los tiempos del partido, pero con la novedad de que por primera vez en el campeonato, Domínguez modificó el esquema. Del 3-5-2 característico, pasó al 4-4-2, sorprendiendo con el ingreso de Christian Bernardi.
Le ganó el duelo táctico a Julio César Falcioni y el equipo jugó sin complejos. Asumió el rol de protagonista y no salió a ver que pasaba. Jugó como un equipo grande, minimizando a Independiente. Despejó las dudas generadas por la actuación ante Talleres y se metió por primera vez en una final de un torneo local.
Fue el único equipo en ganar durante los 90' ya que todos los partidos de cuartos de final se definieron en la serie desde los 12 pasos y lo mismo la semifinal entre Racing y Boca. Por todo ello, Colón marcaba diferencias respecto a sus demás adversarios.
Pero quedaba el paso final para coronarlo. Estaba a 90' de ser campeón por primera vez en su historia, con todo lo que eso implicaba. La responsabilidad era muy grande y más si se tiene en cuenta que venía de perder una final. La duda se podía generar a partir de ese contexto, pero sobre todo a las bajas de Colón para enfrentar a Racing.
No estaban a disposición Paolo Goltz y Bruno Bianchi lesionados, Rafael Delgado suspendido y Facundo Farías positivo de coronavirus. Demasiadas ausencias para un partido histórico. Enfrente tenía a un Racing que venía de eliminar nada menos que a Vélez y Boca.
Pero que también acumulaba siete partidos sin perder y sin que le marcaran goles. Colón tenía por delante un partido complejo, por todo lo mencionado anteriormente. No obstante, una vez más su técnico y los jugadores demostrarían ser el mejor equipo de la competencia.
LEER MÁS: Saralegui felicitó a Colón y sus hinchas por el título
Colón goleó a Racing 3-0 jugando un segundo tiempo brillante. El Sabalero lo apabulló futbolísticamente marcando tres goles, los últimos dos fueron golazos, con excelsas definiciones. A lo largo de los 90' fue muy superior al equipo dirigido por Juan Antonio Pizzi y en el segundo tiempo lo borró de la cancha.
El elenco rojinegro jugó con una soltura asombrosa, no le pesó en ningún momento la responsabilidad. Tuvo fluidez en el juego, aplomo y prestancia para que no le tiemble el pulso. Otra vez Domínguez hizo lo suyo, incluyendo a Cristian Ferreira en el equipo titular y jugando con cinco volantes.
Le copó la mitad de la cancha y le manejó la pelota cada vez que se lo propuso. Nunca puso en duda el resultado y goleó en una final, algo no habitual. Ante dos equipos grandes consiguió un global de 5-0, como para no dejar lugar a dudas de quien merecía ser campeón.
Desde los números y el rendimiento no hay manera de discutir el título de Colón. Fue un campeón de principio a fin, quizás tuvo un bajón lógico en medio de la competencia, pero en las instancias decisivas ajustó, enderezó el rumbo y terminó la competencia en un nivel supremo.
Lo sostuvo la actuación colectiva, más allá de las buenas individualidades. El equipo resultó ser un mix entre la experiencia y la juventud. Y cada uno que le tocó ingresar cumplió con su libreto, la unión grupal y la fortaleza mental y anímica le permitieron sobrellevar los momentos adversos.
Absorvió de manera increíble la presión, supo sufrir sobre todo ante Talleres y luego dio cátedra en las semifinales y en la final. Jugó un fútbol de alto vuelo y como dato saliente, empezó el torneo goleando 3-0 a Central Córdoba y lo finalizó derrotando a Racing 3-0.
LEER MÁS: Colón y la posibilidad concreta de obtener otro título
Fue precisamente el equipo más goleador del certamen con 29 goles en 16 partidos. Y el segundo que menos goles recibió (11), pero con la salvedad de que a Estudiantes le marcaron 10, pero jugó dos partidos menos que el Sabalero. Eficaz en ataque y sólido en defensa, el complemento necesario para un equipo campeón.
En cuatro meses, Colón puso su nombre en lo más alto del fútbol argentino y obtuvo su primer título en 116 años de vida Y lo hizo sin dejar ningún tipo de dudas. Fue el mejor a lo largo de toda la competencia y en ese aspecto el periodismo y la gente así lo reconocen. Salud Colón!, salud campeón!.