En tan solo una semana, en diversos operativos de control tanto en la ciudad de Santa Fe como de Santo Tomé, decomisaron más de 22.000 kilos de carne en mal estado lista para comercializar al público.
En una semana, entre Santa Fe y Santo Tomé, decomisaron más de 22 toneladas de carne en mal estado


Fueron cuatro los operativos entre Santa Fe y Santo Tomé donde decomisaron más de 22.000 kilos de carne en mal estado.
Todo comenzó el jueves pasado en el norte de la ciudad, cuando tras la denuncia de un vecino, el municipio local llegó a una carnicería en barrio La Esmeralda y constató la manipulación de más de 100 kilos de carne dispuesta para la venta sin las condiciones de mantenimiento adecuadas.
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Cuatro días después, en la tarde noche del martes 31 de enero, y también gracias a la denuncia de un vecino al 0800 de la Municipalidad, decomisaron 16.000 kilos de achuras no aptas para el consumo humano que finalmente fueron secuestradas y cuyo destino final fue el relleno sanitario. Ocurrió en inmediaciones de Gorostiaga y Blas Parera cuando traspasaban la carne de un camión tipo frigorífico a un vehículo utilitario.
Luego, este miércoles 1 de febrero, la Municipalidad de Santo Tomé, a través de la oficina de Auditoría y Control Alimentario, realizó un operativo en conjunto con Gendarmería Nacional en el que incautaron 84 kg de carne (media res) y 50 kg de embutidos que eran trasladados sin cumplir con las normas bromatológicas necesarias para la conservación de alimentos.
Finalmente este jueves, tras haberse incautado 6.000 kilos de carne en mal estado en el norte de la ciudad a raíz de las denuncias de vecinos al municipio, desde la Asociación Santafesina de Seguridad Alimentaria (Assal) dieron precisiones sobre las cuestiones a tener en cuenta para identificar cuando un producto de estas características exhibido en góndola no se encuentra apto para consumo humano.
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En diálogo con este medio, María de la Luz Duccomun, integrante del organismo, resaltó las condiciones que debe reunir la carne para que mantenga correctamente todas sus propiedades nutricionales y de conservación.
La especialista destacó que "a veces estos productos pueden llegar al mostrador. Lo primero que tiene que hacer el consumidor, no solo los cárnicos, es comprar en comercios habilitados. En la mayoría de las localidades, los municipio o comunas emiten un certificado de funcionamiento, como una carnicería, almacén o supermercado, lo que tiene que estar expuesto. Eso es de base para cualquier producto alimenticio".
Además, la profesional de la Assal llamó a "ver las condiciones generales del local, porque puede estar habilitado, pero los inspectores no van todos los días a todos los comercios para controlar, porque es técnica y operativamente imposible. Los consumidores pueden evaluar que no haya exceso de moscas, ni mal olor. Una cuestión que puede favorecer la descomposición se da cuando la carne está colgada fuera del mostrador más tiempo de lo que necesita el desposte".
"Lo mismo pasa con los chorizos frescos, como chorizos o morcillas que se cuelgan para exhibirse. Tienen que estar dentro de las heladeras por más frescos que sean", fue lo que se destacó. Sumado a esto, la funcionaria afirmó que el producto puede no presentar alteraciones en el olor o sabor "pero ya puede tener algunos problemas".
Con este panorama, se recomendó fuertemente no consumir productos cárnicos que sean ofrecidos a domicilio, puesto que no salvaguardan los aspectos de cuidado, higiene y procedencia certificada que tiene que contar para su conservación.
Carnicerías
A su vez, UNO dialogó con carniceros de la ciudad sobre el tema, en donde se expresaron sobre las ventas tras el conocimiento público de los decomisos, sumado a cómo ellos perciben el negocio clandestino de la carne.
Consultado sobre el nivel de ventas alcanzado tras la exposición de estos hechos, un carnicero de la ciudad puntualizó: "Acá no impactó tanto. La gente que ya está acostumbrada al negocio viene a comprar llevándose siempre lo mismo, no se cuidaron. Sí ha bajado muchísimo en otros lugares, todo tiene que ver con todo. En realidad, tiene que ver con las cadenas de frío que no se respetan, animales que no están bien alimentados o vacunados y te arriesgas a estas cosas".
En el tratamiento de la carne que se la da en estos establecimientos, el comerciante aclaró: "Acá somos matarife, se mata, pasa por el transporte hasta el frigorífico, desde ahí pasa a nuestro transporte y ahí se hace el reparto. Tiene muchísimas manos en el medio con todos los costos que se han incrementado, sumado a la sequía".
En su opinión sobre el fenómeno del circuito clandestino de la carne, el comerciante del sector destacó: "Es una locura, yo no creo que una persona que tiene esa cantidad de carne disponible no sepa que está en mal estado. Puede que una vez se haya pasado algún kilo de carne, pero una persona que tiene semejante cantidad de carne sabe cuál es su estado".
"Seguramente compran animales baratos, en negro, puede pasar que sean animales que los llevan a la isla a alimentarse y no tienen ni una vacuna. Es imposible que salga bien", sentenció.